Sulforafano. Esa es la clave. La abundante presencia de ese elemento parecen convertir a este vegetal de aspecto insulso y olor equívoco en la cocción en un alimento esencial en la lucha contra el cáncer y en la prevención de la aparición de tumores, sobre todo de próstata. Dicen que Julio César ya se rendía al influjo del brécol.
En las últimas décadas no han hecho más que sucederse investigaciones biomédicas en distintas partes del mundo acerca de las propiedades anticancerígenas que se atribuyen al brécol, bróculi o brócoli, como se le denomina indistintamente.
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